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Los riesgos de un gobierno cerrado

El gobierno podría y debería abrirse y sumar esfuerzos con la sociedad civil para que juntos atiendan los grandes retos de hoy y construir el mañana que queremos. Esta visión es la gobernanza.

A medida que avanza el tiempo los problemas sociales se vuelven más complejos. Ante esta situación el Estado puede tomar dos posturas respecto a la sociedad.

La primera es ver a la sociedad como un problema, como un conjunto de personas incapaces de organizarse que requieren del gobierno para solucionar sus problemas. Ante este escenario, el Estado debería reinventarse y aumentar sus facultades y sus capacidades para responder a las grandes necesidades de la actualidad.

La segunda postura es reconocer que al mismo que tiempo en que los problemas sociales se han hecho más complejos, en la misma sociedad se han ido desarrollado capacidades de coordinación, de atención y de solución a los problemas que se presentan. Es decir, que la sociedad es un grupo de personas capaces de organizarse para resolver las problemáticas.

Bajo esta segunda postura, el gobierno podría y debería abrirse y sumar esfuerzos con la sociedad civil para que juntos atiendan los grandes retos de hoy y construir el mañana que queremos. Esta visión es la gobernanza.

Esto implica un reto para el gobierno, ya que al abrirse debe ceder una cuota de poder, necesaria para que la sociedad participe, proponga y actúe. Este es uno de los principales retos de la gobernanza, el miedo o el celo de algunos gobernantes a abrirse y ceder espacios de poder, pero justo esta postura es muy dañina ya que en la actualidad es imposible que una sola institución, el Estado, pretenda resolver los problemas sociales actuales.

De no abrirse, el gobierno sería el principal responsable de las consecuencias de esta cerrazón y al final perdería la confianza y legitimidad y por lo tanto también, paradójicamente, perdería el poder.

En México, ante los últimos acontecimientos políticos existe el peligro de tener un gobierno cerrado y centralizado. Ante este riesgo, es fundamental que las organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía organizada potencialicen su actuar público, que visibilicen el aporte que le hacen a esta sociedad y que demanden los espacios que les corresponde.

También es necesario que la clase política volteé a ver a la sociedad civil organizada, reconozcan su relevancia social y también su relevancia política.

El camino es la gobernanza, el futuro del país es responsabilidad de todos.

Juan Antonio López Baljarg

Director General